Para hablarnos sobre procesos constituyentes, bien común y representación política nos visitó directo desde Córdoba Argentina el Académico Jorge Gentile. El Dr. Gentile es un reconocido académico y jurista argentino, con una vasta trayectoria en el ámbito del Derecho Constitucional. Se desempeñó como Profesor Emérito de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional de Córdoba y en la Universidad Católica de Córdoba, dejando una huella imborrable en ambas instituciones. Es autor de numerosas publicaciones y trabajos de investigación en el campo del Derecho Constitucional, conocido por su labor en la formación de nuevas generaciones de juristas, como así también por su participación activa en la construcción y consolidación de la democracia en Argentina. Su compromiso con la defensa de los valores democráticos y su rigurosidad académica lo han convertido en un referente en el ámbito del Derecho Constitucional, tanto en Argentina como en el extranjero. Su legado se extiende más allá de sus trabajos y publicaciones, y se hace evidente en la formación de nuevas generaciones de juristas comprometidos con la defensa de los derechos y las garantías constitucionales.
El profesor Gentile, como destacado jurista y académico en el ámbito del Derecho Constitucional, ha reflexionado ampliamente sobre los procesos constituyentes en América Latina. Desde su visión, estos procesos son una oportunidad para replantear y reformular los fundamentos del contrato social que rige la convivencia en una sociedad determinada. Destaca la importancia de que estos procesos sean participativos, inclusivos y democráticos, es decir, que permitan la participación activa de la ciudadanía en la definición de las normas y principios que regirán la convivencia en una sociedad determinada. Asimismo, destaca la necesidad de que estos procesos sean guiados por principios de justicia social y equidad, que permitan corregir las desigualdades y exclusiones que se han producido en el marco del contrato social existente. También señala que los procesos constituyentes no son una solución mágica para los problemas estructurales de una sociedad. En muchos casos, estos procesos pueden ser cooptados por intereses particulares o por grupos de poder que buscan perpetuar sus privilegios en detrimento de los intereses generales de la sociedad. Por lo tanto, es fundamental que estos procesos sean vigilados y controlados por la ciudadanía y por las instituciones democráticas existentes, a fin de garantizar que las decisiones tomadas reflejen verdaderamente la voluntad y los intereses de la mayoría.
Para Gentile, el bien común es un concepto fundamental en la filosofía política y moral, y se refiere a aquello que es beneficioso para toda la sociedad, es decir, un conjunto de condiciones sociales que permiten a todas las personas vivir en condiciones de dignidad, justicia y equidad. El bien común es esencial para el funcionamiento de una sociedad democrática y para el desarrollo humano, y es una de las principales preocupaciones de la ética y la política. Su importancia radica en que busca el bienestar de todas las personas sin excepción, y no solo de unos pocos. Si bien es cierto que cada individuo tiene sus propios intereses y necesidades, el bien común exige que estos intereses y necesidades sean subordinados al bienestar general de la sociedad. Por tanto, la búsqueda del bien común implica la solidaridad y la cooperación de todos los miembros de la sociedad, en lugar de la competencia y el individualismo. Promueve la justicia social y la igualdad, lo que significa que todas las personas deben tener las mismas oportunidades y los mismos derechos, independientemente de su origen, raza, género, orientación sexual o cualquier otra diferencia.
Sobre la representación política, Gentile sostiene que es esencial para una sociedad democrática, ya que permite que todas las personas tengan una voz en el gobierno, fomenta la participación ciudadana en la política y contribuye a la estabilidad política y la resolución pacífica de conflictos.
Sobre el rol de la academia en la promoción del bien común, Gentile afirma que las universidades deben crear ambientes que permitan el desarrollo integral de sus estamentos, fomentar la investigación e innovación en áreas relevantes para la sociedad, trabajar en estrecha colaboración con la comunidad y promover la responsabilidad social y el compromiso cívico entre sus miembros.