La UMC es una Corporación de Derecho Privado sin fines de lucro, que promueve la formación integral de sus estudiantes y desarrolla su propuesta educativa en una concepción de calidad, solidaridad, equidad y de responsabilidad social de la comunidad universitaria, frente a los desafíos y problemáticas propias del desarrollo nacional.
Se encuentra ubicada en pleno centro de Santiago, emplazada a escasa distancia del Parque Forestal, el Museo de Bellas Artes, el Museo de Arte Contemporáneo, la Biblioteca Nacional, el Palacio de Tribunales, el ex Congreso Nacional, como asimismo una gran cantidad de instituciones gubernamentales, judiciales y privadas importantes para el desarrollo de las carreras y programas que se imparten en la Universidad y para el acervo cultural de los estudiantes. El edificio se encuentra inmediatamente al frente de la histórica Basílica de la Merced.
La UMC fue creada el año 1996. El año 1997 se certifica su reconocimiento oficial. El año 2009 obtiene su Autonomía, el 2 de mayo de 2018 su Acreditación Institucional, la que fue renovada el 9 de Marzo del 2022.
Quienes conducen la Universidad lo hacen imbuidos de una vocación de servicio que vuelcan en el ámbito universitario, y con la convicción que el acceso a estudios superiores constituye un derecho y que la Universidad debe destacarse en hacerlo posible. Para esto, concibe un proyecto institucional exento efectivamente de todo lucro y que por el contrario no sólo usa bien sus recursos, sino que además se caracteriza por la filantropía como parte de un concepto de equidad y solidaridad.
Junto a esto, la UMC busca profundizar la formación profesional para estudiantes no tradicionales y con trayectorias académicas postergadas en áreas que conecten efectivamente con el desarrollo de capital humano.
Nuestro propósito es el desarrollo de una Universidad inclusiva, integradora, que favorezca la movilidad social, creando profesionales competentes que tengan una visión solidaria manifestada en su vocación social. Para ello combinamos las facilidades para el acceso, con el apoyo académico a los estudiantes durante su vida universitaria y una formación de calidad, integral, con valores y conocimientos adecuados a la realidad del Siglo XXI.
La Universidad Miguel de Cervantes, inspirada en una concepción humanista y cristiana, tiene como Misión contribuir al bien común de la sociedad, mediante el desarrollo de diversas disciplinas del saber y la formación de profesionales y técnicos, jóvenes, adultos y trabajadores comprometidos con su país.Su Misión la cumple propiciando la equidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social, mediante una formación universitaria de pregrado, postgrado y educación continua, inclusiva, de calidad, integral y solidaria, en diversas modalidades, así como, la Vinculación con el Medio y el incremento gradual de investigación en sus aŕeas de desarrollo”.
Su visión apunta a constituirse, en las áreas del conocimiento que desarrolle, en una opción reconocida que, junto a ser un referente de opinión inspirado en el pensamiento humanista y cristiano, realice un aporte para el bien de las personas y la sociedad. Se proyecta como una institución sólida que integra a jóvenes, adultos y trabajadores a una Educación Superior inclusiva, de calidad, integral y solidaria.
La UMC, inspirada en el ideario humanista y cristiano, en todas sus actividades promueve:
Compromiso con los principios éticos en el accionar personal y colectivo, que posibilite una reflexión constante de sus aplicaciones prácticas en el ejercicio formativo, profesional y social en toda la comunidad universitaria.
En consecuencia con lo anterior, la solidaridad constituye una forma de comprensión del valor de la persona y de los otros, que comparten un destino común. El respeto por los demás es el reconocimiento de la dignidad humana de lo cual se deriva la necesidad de la cooperación como sustrato de la convivencia social.
Todo lo anterior solo es posible, en la medida que la comunidad universitaria aplica un sentido de responsabilidad en sus actividades, buscando hacerse cargo de las acciones y decisiones adoptadas con sus externalidades y consecuencias. La responsabilidad no solo se aplica a los vínculos humanos directos de la vida universitaria, sino que trasciende a una concepción global que la compromete con un desarrollo humano sostenible.
Ofrecer una formación de pregrado, de postgrado y de educación continua, pertinente y de calidad, considerando modalidades de formación presencial, semipresencial y a distancia y las características de sus estudiantes.
Incrementar gradualmente las actividades de investigación, creación e innovación en ciencias sociales, derecho, educación, administración y humanidades, mediante el desarrollo de las disciplinas que cultiva, asociadas a sus procesos formativos. Así mismo, en temáticas relacionadas con el bien común de la sociedad.
Propiciar un desarrollo institucional sustentable financieramente, caracterizado por una estructura horizontal y por un tamaño adecuado a su proyecto, que posibilite las relaciones fluidas entre los miembros de la comunidad universitaria, promoviendo el aseguramiento de la calidad en todos los procesos institucionales.
Profundizar la Vinculación con el Medio para fortalecer el proyecto institucional y contribuir al desarrollo de la sociedad.
Promover y reforzar la cultura organizacional basada en procesos de autorregulación y orientados hacia la mejora continua de la calidad, en todo el quehacer institucional.
Desde un punto de vista conceptual, entendemos la ética a partir de su raíz etimológica griega. Para esa cultura, el “ethos” puede ser traducido como “morada” o como “forma de vida”. De este modo, la ética puede ser definida como el cuidado de la morada común y de lo que la gente hace normalmente en ella, examinando, evaluando y mejorando estas “normas”. Cuando hablamos de morada, nos referimos a todos los espacios humanos, desde lo personal, pasando por lo comunitario y hasta el escenario mundial.
Siguiendo a la filósofa española Adela Cortina, podemos señalar que la ética es un tipo de saber que pretende orientar la acción humana en un sentido racional y en el conjunto de la vida. Se trata de forjar el carácter para vivir bien, buscar la felicidad personal y comunitaria, respetando los derechos humanos y la dignidad de las personas. Para simplificar, entenderemos la ética como el arte de elegir lo que contribuye a la vida digna de las personas.
El código de ética y buena convivencia de la UMC, debe asumir los principios indicados, entendiendo que este instrumento es la explicitación abierta y pública de un conjunto de compromisos tendientes a establecer una coherencia entre los principios y valores de una universidad y el comportamiento de quienes forman parte. La puesta en vigencia de este código, permitirá orientar y establecer las conductas que esta comunidad define como positivas o negativas.
En definitiva, el código de ética y buena convivencia, permite definir y poner por escrito aquello que estimamos como necesario para el correcto comportamiento de quienes componen nuestra comunidad en función de principios éticos e identidad humanista que la UMC sustenta y promueve. Asimismo, resulta necesario indicar lo que este código no persigue. En primer lugar, no existe la idea de limitar la libertad de conciencia de nuestra comunidad, cuestión que sería contradictoria con el respeto a la dignidad de las personas; se busca explicitar los marcos de referencia que nos parecen deseables, más allá de las convicciones o visiones individuales que cada quien pueda adoptar. En segundo lugar, no se pretende establecer un conjunto de normas rígidas que desincentiven las iniciativas personales, por el contrario, se espera que quienes sean parte de esta comunidad conozcan aquellos principios y valores que perseguimos en cada instancia de la vida universitaria.
El Modelo Educativo de la Universidad Miguel de Cervantes pone especial atención en centrar el quehacer educativo en la persona del estudiante, donde él es protagonista de sus aprendizajes y el docente un facilitador, guía y tutor de ese proceso. En este sentido, se adopta una concepción personalista de la educación, que promueve una pedagogía que tiene como eje el desarrollo de la vocación de cada estudiante que ingresa a la Universidad.
En este contexto, los elementos centrales del Modelo Educativo de la UMC son:
Desde la creación de la Universidad, en el año 1996, se han logrado significativos avances para hacer realidad el proyecto institucional. El año 2009 se obtuvo la plena autonomía de nuestra institución. El año 2017 casi la totalidad de las carreras estaban acreditadas, junto a los principales Programas de Magister. Así, el año 2018 se alcanzó la acreditación institucional. Todo lo cual muestra un proceso de mejora continua y de certificación de la calidad de la UMC.
La Universidad Miguel de Cervantes fue acreditada por tres años, desde el 09 de marzo de 2022 al 09 de marzo de 2025.
La Universidad Miguel de Cervantes, reivindica el derecho a la existencia de distintos proyectos universitarios, ya que se centra en posibilitar el acceso a la educación superior a los trabajadores, que constituyen alrededor del 80% del total de sus estudiantes.
En marzo 2022 la UMC fue acreditada por tres años.